Empiezo con Bretagne, rincón del noroeste francés, frente al Atlántico. Salvaje y auténtico.
Gracias a la política conservadora del paisaje, su entorno e historia de los franceses, evitando el destrozo que produce la codicia especuladora, podemos hoy admirar y disfrutar del ambiente, de sus calles, de sus puertos y de su gente, seria y austera pero amables con el visitante. Son correctos y educados.
Voy a esa zona todos los años desde hace tiempo, en verano. Suelo alojarme en casas rurales por módicos precios y en pueblos llenos de tradición e historia. Pareciendo uno hallarse en otra época.
Paso unos días en el sur de la Bretagne, en el golfo de Morbihan, donde el clima es suave, visitando islas, puertos, rias, estuarios, acantilados y calles totalmente medievales, pueblos con amor al arte, con muchos pintores, especialmente acuarelistas puesto que en la zona se aprecia este estilo.
Luego me desplazo a una pequeña península llamada Crozon en el Finisterre francés. Más salvaje, donde abundan pueblos de pescadores, acantilados duros, faros, playas solitarias y calles de ambiente de pescadores.
He pintado mucho en esta zona e incluso he llegado a exponer en un pueblo de los considerados de los más bellos de francia, pueblo con caracter, en una tienda de artesanía, en un edificio de piedra del siglo XVI. También me he relacionado con algunos extraordinarios pintores de la zona.





Estas pinturas corresponden al pueblo de Auray. Pueblecito al fondo de una ria, en el sur de Bretagne. Estas acuarelas están sacadas en el barrio St-Goustan, con su pequeño puerto y casas desde el siglo XV hasta hoy.
En este pueblo se alojó Benjamin Franklin al desembarcar, debido a una fuerte tormenta, en su camino a Nantes para firmar acuerdos con los franceses en el año 1776. Aún se conserva esa casa y en su fachada hay una placa conmemorativa.
La goleta que sale en estas pinturas es la Sn-Sauveur, minuciosamnete reconstruida a partir del casco antiguo. Hoy se visita y es desde donde he pitado algunas acuarelas con sus cabos.
En este puerto como en la mayoría de Bretagne, se produce el mismo fenómeno: Los barcos flotan cuando la marea está alta y se apoyan en el fondo en bajamar.